Alcoholismo

La ingesta del alcohol es socialmente aceptado a nivel global, considerado normalmente como un acto social, cultural y gastronómico; inclusive se ha permitido excesivamente su abuso crónico y constante, especialmente ligado a diversión y fiestas. Los medios de comunicación a nivel global alienta de manera irresponsable el consumo del alcohol, inclusive tiñendo su uso de “benéfico”, cuando es más que evidente que el desarrollo del alcoholismo en la sociedad ha alcanzado niveles de pandemia.

Su abuso está relacionado con un sin fin de padecimientos y problemas, tanto físicos, psicológicos y de relaciones interpersonales.

– Accidentes de transito mortales, o con graves consecuencias físicas y legales.

– Problemas familiares relacionadas con la confianza y convivencia, que en muchas casos genera violencia y desintegración.

– Perdida patrimonio y estabilidad financiera.

– Cuadros de depresión y ansiedad.

– Enfermedades causadas por el abuso del alcohol como gastritis, arritmias cardiacas, cirrosis hepática, etc.

– Daños en varios órganos y sistemas del cuerpo como el esófago, estómago, intestinos, páncreas, sistema cardiovascular, presión arterial y sistema nervioso.

– Muertes por intoxicación etílica.

En muchos casos el alcoholismo viene acompañado de alguna patología psiquiátrica severa, el cual el enfermo presenta más problemas psico-sociales, que generan recaídas y hasta suicidios. Además suele estar asociado al abuso o dependencia de otras sustancias como cocaína, opiáceos, etc. A esto se le llama patología dual.

Afortunadamente  hemos desarrollado un efectivo programa de tratamiento por medio del cual es posible controlar la enfermedad y recuperar no solo el bienestar físico, sino también a la familia, el empleo, la autoestima, el deseo de vivir y la dignidad del individuo logrando re-incorporarse exitósamente a la sociedad.

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